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El divorcio: ¿qué tipos hay y cómo se tramita?

El divorcio, en nuestro Derecho, consiste en la disolución del matrimonio civil a petición de uno u ambos cónyuges, sin necesidad de justificar causa alguna más allá de la mera voluntad de resolver el vínculo. Dicha disolución puede llevarse a cabo de mutuo acuerdo (cuando ambos cónyuges presentan su conformidad respecto de todos los puntos del convenio regulador), o bien de forma contenciosa (cuando no exista acuerdo entre los cónyuges o, existiendo, éste no se extienda sobre todos los puntos del convenio regulador), en cuyo caso habrá de decidirlo el juez.

¿Cómo se inicia y desarrolla el proceso de divorcio?

Los pasos para iniciar el proceso de divorcio dependerán de las circunstancias del mismo: si es de Mutuo Acuerdo o Contencioso.

A continuación exponemos el procedimiento en cada uno de los casos:

Divorcio de mutuo acuerdo

Cuando el divorcio es de mutuo acuerdo, ambos cónyuges (que podrán estar asesorados por un mismo abogado o por abogados diferentes, y representados a su vez por un mismo, o distintos, procuradores) acuerdan no sólo divorciarse, sino también el convenio regulador en virtud del cual habrán de regularse los efectos derivados del divorcio: relaciones con los hijos (régimen de custodia, régimen de comunicación y estancia, etc.), atribución del uso de la vivienda y ajuar familiar, pensión de alimentos, pensión compensatoria, liquidación del régimen económico matrimonial, etc. El convenio deberá estar firmado en todas sus páginas por ambos cónyuges y presentarse adjunto con la demanda de divorcio.

Una vez presentada la demanda junto con el convenio, el Juzgado citará a los cónyuges para que ratifiquen su entera conformidad con el mismo y, tras ello, dará traslado al Ministerio Fiscal para su aprobación y, finalmente, el Juez de Familia dictará sentencia aprobando el Convenio.

Debido al carácter amistoso de los divorcios de mutuo acuerdo, éstos tienden a ser más económicos que los contenciosos, a lo que sin duda contribuye que ambos cónyuges puedan tener, si así lo desean, el mismo abogado y procurador, así como la mayor facilidad procesal de cara a aprobar el mismo.

Divorcio contencioso

El divorcio contencioso se caracteriza por la existencia de un desacuerdo entre los cónyuges respecto de todas o algunas de las medidas que habrán de regular los efectos de la disolución matrimonial, de forma que recae sobre el Juez de Familia la responsabilidad de determinar y decidir cuáles serán estas medidas, así como su alcance y contenido.

A diferencia de lo que ocurría con el divorcio de mutuo acuerdo, en el divorcio contencioso cada uno de los cónyuges deberá estar asistido por distinto abogado (dado que existen intereses en conflicto), siendo uno de ellos (a través de su letrado) quien presente una demanda frente al otro, la cual deberá ir acompañada de una propuesta fundada de las medidas que habrán de regular los efectos del divorcio.

El cónyuge demandado (quién a su vez habrá de estar asistido por su propio abogado) contestará a la demanda en el plazo de 20 días desde la notificación, pudiendo rechazar en dicha contestación todas o algunas de las medidas propuestas por el demandante, proponiendo a su vez otras diferentes.

Contestada la demanda sin acuerdo, se fijará un día para la celebración del juicio, al que habrán de comparecer ambos cónyuges asistidos por su abogado y procurador. No obstante, cabe referir que un divorcio contencioso podrá reconducirse a mutuo acuerdo en cualquier momento del procedimiento, incluso durante la propia celebración del juicio.

¿Por qué es recomendable la asistencia letrada aunque el divorcio sea de mutuo acuerdo?

Son comúnmente conocidos los posibles problemas que habitualmente pueden surgir a lo largo del proceso de divorcio, tanto por la especial incidencia que tiene en todos los niveles de la vida familiar, como por la a menudo mala gestión del mismo a consecuencia de la ausencia de un adecuado asesoramiento jurídico que facilite el proceso salvaguardando a su vez los distintos intereses en conflicto.

El divorcio es un proceso sencillo, pero a menudo puede resultar muy complejo para las partes, no solo por sus implicaciones legales sino también emocionales, por lo que es recomendable una supervisión experta y objetiva que valore en cada caso los distintos elementos que habrán de verse afectados a consecuencia del mismo, de cara a facilitar así la adecuada tutela de los intereses de cada uno de los cónyuges y, en su caso, los intereses de los hijos. 

Es por ello qué, a menudo, resulta conveniente la intermediación de profesionales que faciliten la adecuada ponderación de las distintas medidas que habrán de ser tomadas por los cónyuges a consecuencia del divorcio: medidas relativas a la vivienda familiar (como cuál de los cónyuges ha de continuar en el uso de la vivienda y en relación a los distintos bienes presentes en la misma), medidas relativas a la contribución a las cargas del matrimonio, las relativas a los bienes de los cónyuges y a la disolución del régimen económico matrimonial y, por supuesto, las relativas a los hijos (custodia, alimentos), entre otras muchas.

¡Te esperamos!

En LIBER ESTUDIO JURÍDICO contamos con un equipo de profesionales especializados en la materia que se encarga de prestar a nuestros clientes el mejor asesoramiento en cada etapa del procedimiento, tanto a la hora de alcanzar un posible acuerdo como en la gestión individualizada de sus intereses, a fin de evitar perjuicios innecesarios a consecuencia del proceso de divorcio.

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